LA MANADA: LA ÚLTIMA LECCIÓN

LA MANADA: LA ÚLTIMA LECCIÓN

Llevo llorando desde anoche… bueno no, llevo llorando desde que tengo uso de razón, por fuera o por dentro.
Imagino que, como todas, crecí sabiendo que el mundo es un sitio peligroso para las niñas y las mujeres.
Nunca me explicaron abiertamente que tenía que cuidarme de los hombres, pero siendo muy pequeña, MUY PEQUEÑA, un varón de mi familia, algo mayor que yo me dijo:
“Déjame que te vea cómo es tu cosita y yo luego te enseño la mía”
No sólo se la enseñé, recuerdo que me estuvo tocando. Recuerdo en qué parte de la casa estaba yo, donde me tumbé. No recuerdo cuánto duró. Sólo sé que cuando decidió parar, él no me enseñó “la suya”. Nunca se lo conté a nadie. No era muy consciente de por qué, pero aquello me avergonzaba.

PRIMERA LECCIÓN: no hay justicia ni equidad para las mujeres.
SEGUNDA LECCIÓN : cuando un hombre usa tu cuerpo, la vergüenza la sientes tú

Recuerdo muy vagamente años después haber oído susurrar a las mujeres de mi familia sobre una violación en el entorno. Era demasiado pequeña para entender de qué hablaban y ese tema nunca se trató, salvo por algún comentario posterior de “igual se lo buscó ella”,así que nunca supe qué pasó ni cómo.

TERCERA LECCIÓN: TODAS SOMOS VIOLABLES
CUARTA LECCIÓN: NO TE VA A CREER NI TU FAMILIA
QUINTA LECCIÓN: al hilo de la segunda lección que aprendí, que LA VERGÜENZA ES MAYOR CUANTO MAYOR SEA EL ABUSO

Con unos 8 o 9 años de camino al colegio se me acercó un hombre y empezó a darme conversación. Quizás esas lecciones que aprendí sin que nadie me las enseñara fueron las que me hicieron desconfiar. Le mentí sobre mi nombre, sobre mi edad, sobre dónde vivía y sobre a qué colegio iba.
Una niña caminando por una calle desierta ya sabía que era una víctima potencial y ese hombre aparentemente simpático que quería regalarme una bici un peligro.
Caminé en dirección a otro colegio y en el tumulto de niños entrando le perdí. Me escabullí y fui a mi colegio sintiendo mucho miedo. Mirando para atrás todo el rato. A la salida temía verle esperándome en la puerta. Una niña de esa edad asumiendo la responsabilidad de zafarse de un hombre que vete a saber qué quería.
Tuve suerte. Nunca más le vi. Muchas veces he pensado en qué podría haber pasado de no haber sido una niña “espabilada” y “desconfiada”. Aprendí que mentir a veces te salva… del miedo o la vida.

SEXTA LECCIÓN: DESCONFIAR PUEDE SALVARTE LA VIDA

Una vez con unos 13 años, aprovechando que dormía con una amiga, salimos de noche e hicimos autostop junto a otra chica que encontramos por la calle y que iba sola. Tan pronto ya tenía claro que la sororidad era eso, recoger a las chicas solas por la calle. Que juntas teníamos alguna oportunidad. ( aún no había ocurrido el caso de las niñas de Alcáser, que también eran 3, hicieron autostop y las torturaron y asesinaron). En esa época de más inocencia en cuanto al nivel de violencia que podemos sufrir las mujeres, antes de hacer autostop yo les dije a las otras 2 que esperaran y cogí una piedra grande que llevaba todo el rato sujeta con mi mano en el bolsillo derecho.
Ya sabía que no me podía fiar.
Siempre ha sido una guerra. Nosotras lo sabemos. Todas. Por eso todas tenemos un lema femenino “ Avisa cuando llegues”, porque todas sabemos desde que somos muy pequeñas que podemos no llegar. Que podemos ser raptadas, asaltadas, abusadas, violadas, torturadas y/o asesinadas.
Eso es ser mujer. Sabernos siempre objetivo de unos ojos desconocidos o no.
Hoy escribí en Facebook que llevo llorando desde ayer, cuando lo cierto es que llevamos llorando toda la vida.
Lo de ayer solo es otro abuso más, otro asalto más, otro motivo más de miedo, de rabia, de ira.

Mi vida de adulta ha sido viendo campañas para convencernos de que denunciemos, que no callemos. Que venzamos el miedo a la vergüenza, a las represalias, a reconducir la vida después de un hecho traumático sabiéndonos centro de las miradas y sospechas de los demás.
Nos dijeron que la respuesta es denunciar: ERA MENTIRA
SÉPTIMA LECCIÓN: DENUNCIAR NO TE ASEGURA JUSTICIA
Cuando las mujeres empezamos a denunciar las violaciones entonces aprendimos otra lección: NO NOS VAN A CREER.

OCTAVA LECCIÓN: LAS MUJERES SOMOS SIEMPRE SOSPECHOSAS DE MENTIR
Cuando empezamos a poder hablar ante jueces de los abusos y violaciones a las que nos someten, sufrimos otro tipo de abuso y violación:

NUNCA NOS RESISTIMOS LO SUFICIENTE.
NOVENA LECCIÓN; DE UN MODO U OTRO LA CULPA ES NUESTRA.

Es una guerra que no han querido declarar abiertamente para que no nos armáramos, para no responder luchando.
Nos pidieron confiar en las fuerzas de seguridad y en la justicia: ERA MENTIRA

Porque no nos va a defender un sistema creado y mantenido por el mismo sistema que nos ataca y nos agrede.
Un sistema patriarcal hecho por y para los hombres. Con un machismo estructural que hace que hablar de justicia y equidad para las mujeres sea una utopía. COn una pirámide de violencia de género en la que la violación y el asesinato es sólo la punta, sostenido sobre una base de machismo que afecta a todas las personas, en todos los ámbitos.
HAy que cambiar el sistema, educar con perspectiva de género a nuestros hijos y reeducar a cada miembro de esa estructura para que identifique su machismo y lo erradique.

Prueba de ello, el movimiento #MeToo #YoTambién en el que prácticamente todas las mujeres del planeta reconocieron (reconocimos) haber sufrido alguna vez abuso sexual.

HAy que lograr el cambio real haciendo que sean ellos, los hombres, los que empiecen a hacer ese ejercicio de conciencia de reconocer todas las formas en que abusaron de alguna (s) mujer(es). Si millones de mujeres hemos sido abusadas y agredidas, lo hemos sido por otros tantos millones de hombres. Es hora de que den un paso al frente y asuman ellos, no nosotras, la vergüenza de los abusos y violaciones.

Es hora de que se identifique y se nombre que vivimos en una cultura de la violación que hace que se jaleen abiertamente y sin represalias, eslóganes que no son sino apología de la violencia de género.
Es hora de que no se hable de “consentimiento” como se hace, sino como lo que debe ser. Porque ya no es que #NOESNO si no de que “ si no es SÍ también es NO “.

Y voy más allá, el sexo no ha de ser una práctica concebida como de deseo del hombre que la mujer consiente. Las mujeres tenemos deseo sexual, nuestro, propio, que no pasa obligatoriamente por satisfacer el deseo masculino.

Cuando un juez en una grabación donde 5 hombres intimidan a una joven de 18 años en un portal, la desnudan, la penetran oral, vaginal y analmente, eyaculando dentro sin preservativo, la graban y la abandonan solo ve un “ambiente de jolgorio y regocijo” es evidente que no solo es incapaz de ver lo que es violencia, es que necesita con urgencia educación sexual y de género.
Es hora de que todo hombre que ve porno que incluye agresiones, violaciones y sometimiento de la mujer, que fantasea con violaciones , individuales o en grupo, y más si son jueces aprendan a distinguir sus deseos violentos y agresores de la realidad.

Es curioso que uno de los violadores de La Manada alegara que “ella disfrutó más que yo”. ME resulta curioso que si era una relación sexual consentida en ningún momento le practicaran sexo oral a ella. Que no significaría que no fuera una violación igualmente, pero que muestra que en el imaginario colectivo masculino, se asocia el placer sexual a dar placer al macho.

Cualquier hombre que crea que las mujeres sentimos placer sólo por darles placer a ellos necesitan revisar de forma urgente su conocimiento sobre la sexualidad femenina.

Esta sentencia no hace sino visibilizar lo que la mayoría de las mujeres ya sabemos, que no nos respetan, que somos objetos de consumo, de su consumo. Que la única forma de tener cierta credibilidad es cuando elegimos entre nuestra “honra” o nuestra vida.

 

NAgore  y Diana se resistieron y fueron asesinadas, C. no se resistió, fue violada y no se la considera violada porque está viva.

No nos engañemos, esta no es la disyuntiva, escoger entre resistirnos o vivir. Esa misma disyuntiva es en sí misma una trampa porque nos coloca siempre como víctimas. La única alternativa posible es el de ser libres, que no nos agredan, que nadie se crea con el derecho de poder hacernos nada.

YA está bien de arrojarnos a nosotras esa responsabilidad de que no nos hagan nada. ES responsabilidad de los hombres aprender de una maldita vez que no pueden tocarnos.
Si no lo hacéis por las buenas igual va a ser hora de que lo hagáis por las malas.

 

 

De momento no nos olvidemos ninguna de quiénes son estos 5 miembros de una gran manada.

DECIMA LECCIÓN: ESTAMOS EN GUERRA Y ELLOS NO NOS VAN A PROTEGER NI DEFENDER NI HACER JUSTICIA

¿Por qué los hombres violan?

¿Por qué los hombres violan?

¿Por qué los hombres insultan, humillan, difaman, ningunean, ridiculizan, golpean, acosan, violan y matan a las mujeres?


Se hacen estudios, análisis, ensayos y discursos para responder a esa pregunta.  Se dan elaboradas explicaciones, cuando la respuesta es bien sencilla. La respuesta es tan simple como estas dos palabras :


PORQUE PUEDEN

 

Dice un refrán popular “ querer es poder” y con la violencia de género vemos el máximo exponente. de esa máxima.
La clave está en que QUIEREN insultar, humillar, difamar, ningunear, ridiculizar, golpear, acosar, violar y matar y PUEDEN  hacerlo con una impunidad más inmoral aún que el hecho en sí.
Ese saberse en una posición de ventaja, jugando a su juego, con sus reglas y sus árbitros, incluso con sus propios seguidores al más puro estilo hooligans, es  un caldo de cultivo perfecto para que proliferen cual bacterias putrefactivas, este tipo de hombres. Seres asquerosos, por mucha apariencia de normalidad y buen rollito con el que se disfracen, que no van más allá de su propia voluntad y deseo, que sólo viven para su propia satisfacción, para sus deseos, aunque sus deseos sean  totalmente ilícitos e inmorales.

 

Deseos versus derechos

Vivimos en un mundo que no siempre distingue entre deseos y derechos, la prueba más evidente y actual es la comercialización de los úteros de mujeres para satisfacer el deseo de algunos de tener un bebé a la carta.

Los deseos no son malos en sí mismos. Todos somos libres de desear algo. Lo malo es no entender que no tengo derecho a algo o a hacer o conseguir algo de alguien sólo por desearlo.

Vivir creyendo que uno puede conseguir todo lo que sueña o desea es muy peligroso si no somos conscientes  de que existe un límite natural, ético y moral que no podemos sobrepasar.

 

No deberíamos tener que explicar a estas alturas que cuando nuestros sueños y deseos afectan a otras personas, ya no basta con nuestra voluntad como vara de medir y licitar.

Y es que el respeto es algo que todos deseamos de nuestro lado, pero no siempre devolvemos hacia fuera. El respeto es la verdadera medida, el verdadero  límite a mis deseos, la norma no escrita en cada detalle que facilita la convivencia.

Hay quien cree que el amor mueve el mundo, pero es el respeto quien hace que ese movimiento sea fluido y no violento. Sobre todo en un mundo con un punto de vista tan erróneo sobre el amor.

La violación: un crimen de guerra

El amor ha sido la excusa durante milenios para ejercer y sufrir violencia de género. Las mujeres sabemos mucho sobre violencia.  Sobre todas las violencias, las directas y las indirectas.
No hemos sido históricamente los soldados en las batallas, no hemos llenado los campos de prisioneros de guerra, pero no ha hecho falta. Nunca hemos estado al margen de las guerras de los hombres, porque nuestros cuerpos, siempre, en toda época, en todo  momento, han sido campos de batalla. Nuestra identidad siempre ha sido terreno a conquistar, nuestro poder femenino era un objetivo a someter, nuestros cuerpos terrenos que arrasar.

Los hombres siempre lo han sabido, por eso es práctica habitual en las guerras, luchar fuera del campo de batalla y utilizar las violaciones  a las mujeres como arma.

 

A las mujeres anónimas violadas en las guerras nadie les rinde homenaje

La muerte luchando se considera digna, ser un preso de guerra también. Pero ser violada te convierte en  una muestra andante de que el enemigo plantó su  bandera en ti.  Dejas de ser una persona y pasas a ser una vergüenza eterna, incluso para los tuyos.

Quien cree que todo lo relacionado  con la violencia, el acoso, el bullying y las violaciones tiene que ver con el deseo sexual se equivoca. Es una cuestión de poder y sumisión.
Por eso no viola el que tiene ganas de follar, el feo, el marginado, el que no liga con facilidad.

  • Viola el que no acepta un “no”
  • el que no es capaz de empatizar
  • el que no ve a la mujer como una persona, sino como un objeto para satisfacer su propio deseo.
  • Viola el que cree que a las mujeres nos gusta convertirnos en cuerpos sin voluntad para que él/ ellos hagan lo que quieran con nosotras.
  • Violan los que tras llenar su mente con fantasías que el porno les ha presentado como creíbles creen que a alguna mujer libre y medianamente sana emocional y psicológicamente hablando, le gusta que uno o varios hombres la fuercen y penetren con violencia por todos lados.
  • Violan los que se excitan con la violencia y la humillación a solas y fantasean con  llevar esas escenas a la práctica.

 

LA realidad es que hay muchos más violadores potenciales de los que creemos, muchos más de los que acaban cometiendo el hecho. La mayoría de las mujeres estamos rodeadas de violadores potenciales, que quizás no lleguen a consumar sus fantasías, pero sabes que las tienen cuando les oyes reir los chistes del compañero. Cuando muchos de sus comentarios sobre las mujeres reflejan que están totalmente inmersos en la cultura de la violación. Cuando como género en vez de recriminar al que se expresa en esos términos, le jalean, se suman,  o se callan.

Querido hombre que estás incómodo al leer esto:

No siento que lo estés, porque ese mismo sentimiento es la prueba de lo que digo.
En este tema, quien calla otorga.

El género culpable

Ayer estuve hablando con mi hijo sobre el holocausto y explicándole lo que es la culpa colectiva. El pueblo alemán en su conjunto fue culpable del holocausto. Sí, esas gentes normales que se tenían por buenas personas. Pero callaron.

Hoy, los hombres de este planeta, como género sois culpables.

  • Culpables porque tenéis que ser vosotros los que paréis esta bola de nieve que nos arrojais y en vez de eso, algunos solo os apartais para que no os toque.
  • Tenéis que ser vosotros quienes dejéis de una vez ese espíritu de mal llamada  lealtad fraternal, más propio de películas de adolescentes universitarios que de adultos, y empecéis a parar los pies a vuestros «colegas».
  • Es hora de que no permitáis que los malnacidos que presumen de cómo tratan a “su novia”, o a una mujer cualquiera, conocida o desconocida, hablen como hablan, actúen como actúan.
  • Es hora de que  reaccionéis más a la violencia que se nos ejerce día tras día, que a los penaltys que os pitan en contra.
  • Es hora de que seáis parte del cambio atacando a los violentos, no a las víctimas.
  • Es hora de dejar de excusaros con lo de “notallmen” (“no somos todos iguales”).

Porque lo cierto es que si no haces nada en contra, eres uno de ellos.
Aquí, como en las guerras de soldados que entran en los pueblos a violar a las mujeres,  no hay terreno neutral.

¡Locas feminazis exageradas!

Si crees que exagero o que soy una loca feminazi, una loca del coño o similar, mira estas imágenes…

Frases recopiladas en ForoCoches.
Imágenes de muestra de cómo se divierten nuestros jóvenes universitarios.
Futuros abogados e ingenieros en plena ODA A LA CULTURA DE LA VIOLACIÓN Y LA MISOGINIA
No es sentido del humor. Es VIOLENCIA

Más ejemplos de "humor" en camisetas

Tras leer esas frases dime que sigues estando orgulloso de tu género.
Dítelo en el espejo, díselo a tu pareja, díselo a tu madre, a tu hermana, díselo a tu hija.
Y si frente a las mujeres que te importan te avergüenzas de estas frases, pregúntate por qué.

¿Es porque respetas a las mujeres sólo cuando son algo tuyo?

Porque entonces es machismo también.

No nos respetas porque somos personas, sino porque la falta de respeto a algo «tuyo» la consideras una falta de respeto a ti, como hombre.

Las mujeres no merecemos respeto por ser “algo” de un hombre.
Merecemos respeto por ser nosotras mismas.
Merecemos respeto, punto.

Merecemos que ningún hombre pueda intimidarnos, y si no hacéis nada para que el mundo que compartimos sea un lugar seguro, entonces deberíais estar prepcrados para el día que todas decidamos aplicar lo de “ ni una agresión sin respuesta”.
Preferiría no criar a mi hija y mi hijo en ese mundo, pero ¿sabes?
Prefiero criarlos así, que lamentar una muerte más.
Prefiero tu vergüenza a nuestro dolor.
Prefiero pagar por una agresión como respuesta que llorar a una más,  a una menos.

Tú a la cárcel, yo al cementerio… No, mejor al revés

Tú a la cárcel, yo al cementerio… No, mejor al revés

Hubo un tiempo en el que creía firmemente en la no violencia. A día de hoy, creo de verdad que es el camino.
El problema es cuando en un juego sólo cumples las reglas tú. Cuando la realidad  está montada de tal forma que tú siempre, hagas lo que hagas, eres quien pierdes.

Si habláramos de dinero, aún así compensaría un poco, al fin y al cabo, lo material va y viene. Pero si hablamos de la vida… resulta que jugamos a un juego que no elegimos, cuyas reglas  establece el contrario a su medida, que nos hacen partir en desventaja, jugar en desventaja y acabar, con casi seguridad, ya no es desventaja, sino con nuestra integridad no íntegra. Un juego que para demasiadas mujeres es mortal.

Y no, no es una película al estilo los Juegos del hambre. Esto es más bien «Los Juegos del Hombre».
Esta sociedad es altamente peligrosa para las mujeres. Cualquier pareja o ex pareja, psicópata  o pichacorta con el que hayas compartido (o no) algún momento en tu vida puede decidir asesinarte, acosarte y/ o amargarte la vida hasta tal punto que te suicides tú.

Leo a Barbijaputa en El Diario.es :

«Una chica italiana se suicidó ayer en su casa colgándose de una bufanda tras sufrir -durante meses- el acoso de todo su país. La chica se hizo famosa porque así lo decidió el chico que la grababa mientras ella le practicaba una felación en la intimidad, y su ex novio, quien subió el vídeo a Internet (según BBC ella se lo mandó a él, según la propia madre de la chica, era él quien la obligaba a grabarse con otros hombres, motivo que hizo que ella dejara a su pareja y volviera a su casa materna). También lo decidieron así los que lo viralizaron sin compasión en Internet. A los insultos que esta chica sufrió en la Red y en la calle, se sumaron futbolistas famosos como Paolo Cannavaro y hasta un grupo de música que se mofó de ella con una canción, además cadenas de TV que bromearon con las escenas. También se hicieron camisetas y memes con la historia. Tanto el vídeo como el nombre y la cara de la chica estaban en poco tiempo por todos sitios.

Antes de suicidarse lo intentó todo: dejó su trabajo, se cambió de ciudad, intentó cambiarse el apellido y se embarcó en una batalla legal para que webs como Yahoo, YouTube, Facebook y Google retiraran el vídeo. Una semana antes de suicidarse, le confirmaron que lo había conseguido, pero que debía pagarles a estas webs un total de 20.000 euros por «compensación» -así lo llaman-, ya que estas empresas consideraron que el vídeo se había hecho con su consentimiento, y daban así por sentado que si te dejas grabar estás de acuerdo con que pueda verte todo el país. El juez les dio la razón en cuanto a que la chica debía compensarles.»

Y a mí lo único que se me ocurre es comentar esto:

Y como ya comenté en  mi artículo «Nos violan lo justo», siento un ASCO inmenso y profundo.
Porque en este mundo de reglas masculinas, el sexo sigue siendo terreno masculino.

  • Si ellos tienen mucho sexo son machotes, nosotras unas guarras.
  • Si ellos se graban  practicando sexo, son muy modernos, nosotras unas guarras y  unas idiotas por confiar en ellos Porque claro, lo mas normal del mundo si te grabas con tu pareja es pensar en que es un desgraciado que va a subir ese video a youtube.
  • Si ellos hacen público un vídeo donde salimos nosotras practicando sexo, a nosotras nos cuesta la vida,  y no hablo metafóricamene, pero ellos lo petan por «molones».

Así que sí, con el tema de la violencia de género me bajo del carro del pacifismo, lo siento.

Si uno va a Boston y otro a California, es decir, uno al cementerio y otro a la cárcel,
tengo muy claro a donde quiero que vayan a verme mis hijos
y a donde los amigos y familias del machote a ponerle flores a él.

 empoderate

La tóxica soy yo

La tóxica soy yo

Querida Nohemí
No sé por qué te escribo, no sé si te pareceré una loca, pero te sigo y sigo lo que escribes y ya sabes que a veces es más fácil contarle las cosas a un extraño.
No tengo blog como tú y de tenerlo no sé si me atrevería a publicar cosas personales e íntimas. No sé cómo tú puedes hacerlo. Es decir, yo te lo agradezco. Ver a personas que hablan en primera persona de lo que les pasa, bueno o malo, te hace sentir acompañada. Pero yo no sé si podría asumir exponer mi vida a cualquiera.
Esta carta te autorizo a que la publiques si crees que es interesante. Como sé que miras mucho la ortografía y la gramática, corrige lo que necesites :-).
Sé que has vivido de cerca el maltrato en diferentes formas. Me he releído 100 veces tus post sobre las relaciones tóxicas. Yo hoy no quiero hablarte de mi tipo de hombre tóxico, al que podríamos llamar de varias maneras, que al final son la misma: «el cobarde», «el inmaduro», «el egoísta»… Hoy voy a contarte que la tóxica soy yo.

Soy tóxica para mí misma porque permito que me falten al respeto manteniendo una relación que me daña. Porque veo todo lo que no funciona y aún creo que ocurrirá un milagro que le hará cambiar y asumir responsabilidades. Porque justifico sus mentiras, sus engaños y sus traiciones. Porque me engaño a mí misma creyendo sus promesas a pesar de que las ha incumplido vez tras vez. Porque no acabo de aceptar que si me hace daño no me quiere. Porque perdoné una infidelidad y sólo le pedí que cortara de raíz con esa relación y no lo hizo. Porque me he pasado meses culpándola a ella, cuando la realidad es que la culpa es de él. ¿Por qué las mujeres aun siendo engañadas seguimos haciendo responsables a otras mujeres y no a los hombres que engañan?  ¿por qué seguimos queriendo mantener su «integridad» inmaculada cuando no lo es?
Imagino que porque necesitamos respetarles para justificar que les amamos, y un mentiroso no merece respeto. Es más fácil autoengañarnos pensando que la culpa siempre es de ella, que le escribe, que le llama o mensajea, que le llora o le provoca… da igual…  Da igual que la otra sea una zorra o una bella persona también engañada, somos tan estúpidamente tóxicas con nosotras mismas y con todo el género que la odiaremos a ella y no a él. Y le pediremos que la bloquee cuando lo que tendríamos que hacer es bloquearle nosotras a él. Y nos preguntaremos «por qué» la ha escogido, qué tiene que nosotros no tengamos, qué nos sobra o qué nos falta… cuando la verdad es que nadie engaña por un tercero sino por sí mismo.
Soy la más tóxica de este trío en el que vivo, porque soy la única que no quiere vivir en una relación así y lo tolera. Ellos han encontrado la forma de que les funcione. Imagino que hasta hablarán de mi y me pongo enferma de pensarlo. Pero aquí estoy, contándote que me han engañado y que yo lo he tolerado.

Pienso en todas las veces que he juzgado a otras mujeres por soportar cuernos. Por prostituirse por un status, o por una estabilidad económica, o social… Yo lo he hecho por la peor de las razones. Lo he hecho diciendo que es por amor. Y ese razonamiento es el más tóxico de todos. De hecho, creo de verdad que la raíz de todas las relaciones tóxicas es precisamente atribuir al amor algo que no es.

El amor no puede causar sufrimiento deliberado, no puede ser tan egoísta, no puede hacer que nos perdamos el respeto a nosotros mismos.

[Tweet «El amor no puede causar sufrimiento deliberado, no puede ser tan egoísta, no puede hacer que nos perdamos el respeto a nosotros mismos.»]
Te he leído mucho escribir sobre el miedo y tienes razón, al final tenemos miedo. Tengo miedo.
Miedo a no sentir otra vez esa emoción cuando alguien que amas te mira  o te roza. Miedo a no ser capaz de volver a confiar de nuevo en alguien. Miedo a no ser suficiente una vez más. Miedo a no volver a vivir el éxtasis de ser 1 siendo 2. Y ese miedo me hace aferrarme a alguien que me da migajas en forma de amor. Que dice amarme cuando en realidad su amor más grande es a sí mismo. Alguien que sabe qué me hace daño y continúa haciéndolo. Alguien que se cree el Dr. Frankenstein y quiere construir una mujer perfecta a base de ir cogiendo trozos de aquí y allá. Que dice buscar en otra lo que yo no le doy.
Así que sí, la tóxica aquí soy yo.
Y te lo cuento imagino que para tener el compromiso moral con alguien que no sea yo misma de que no lo voy a ser más. Como cuando uno tiene miedo a volar y se mete en un avión.  Sé que me voy a arrepentir 1000 veces de esto. Sé que voy a volver a encontrar justificación para todo. Sé que voy a escuchar a esos gurús que me hablan del amor supremo sin ataduras y en total libertad. Yo no quería ataduras, sólo quería que no me engañaran. Imagino que no soy muy zen para aceptar esa «barra libre de amor». Soy demasiado convencional y me crié con las historias que acababan en final feliz de 2, no de 3 o de 25. Y sigo creyendo en la absurda mentira de que el amor todo lo puede. Y estoy segura que cuando le de a «enviar» a este mensaje tras un momento de alivio volveré a pensar en que todo se arreglará de la forma que sueño.
Porque sigo soñando que se va a dar cuenta, que va a aprender la lección y dejará de jugar a 2 bandas, o a 3 o a 4… ya ni sé…
Sigo creyendo que un día tocará en mi puerta  y me dirá que todo acabó de verdad y que soy yo la persona con la que quiere estar a pesar de todo.
Querida Nohemí… no espero respuesta. Porque lo que me vas a decir ya lo sé. La teoría de este examen la aprobé a la primera. Pero la práctica es mucho más difícil.  Porque las normas, la teoría, es algo claro y cerrado, es absoluto, pero en la vida real tengo que conducir en una carretera donde hay otros coches, muchos coches, demasiados, y donde no todos cumplen las normas. En la vida real hay tantas variantes que nos condicionan que ser coherente se me antoja ahora mismo imposible.
Ojalá esto que hago me sirva de señal luminosa en mi camino para recordarme cuando lo olvide que la meta de nuestra vida no es amar a alguien, sino amarnos primero a nosotros mismos, y amarnos bien.

[Tweet «Ojalá esto me sirva de señal luminosa para recordarme cuando lo olvide que la meta de nuestra vida no es amar a alguien, sino amarnos primero a nosotros mismos, y amarnos bien. «]

Gracias por estar y por leerme.

«Me morí por culpa mía»

«Me morí por culpa mía»

Llevo 2 días que solo echo bilis por la boca. Normalmente escribir me desahoga pero este tema me puede y ni poniendo palabras a lo que siento consigo paz.
Cada cosa que leo y me cuentan me cabrea más.  Cuando creía que nada me podía asquear más que los propios  asesinatos de estos días, resulta que no es así.
Me asquean los titulares de la prensa. 
Me asquea cómo se usa el lenguaje.
Me asquean los eufemismos para referirse a crímenes brutales.
Me asquea que se respete más a los «presuntos» que a las víctimas.
Me asquean todos esos impresentables que creen que su derecho a la libertad de expresión les autoriza a hablar de «generalidades», de «denuncias falsas», de «los hombres que también sufren» y de las «mujeres violentas». Me pregunto en qué lugar han perdido ya no la empatía que es evidente que no sienten, entre otras cosas porque no pertenecen a un colectivo permanentemente en peligro por cuestión de género, sino el sentido común. Ese que dicta que en determinados momentos y lugares para ciertos  comentarios «no ha lugar». 

«No ha lugar» cuando estamos enterrando niños y mujeres brutalmente asesinados, cuando no conseguimos quitar de nuestras mentes la imagen de 2 niñas aterradas viendo venir a su padre con una radial para asesinarlas, en este momento me importa una mierda  lo que opinen esos mal nacidos y me sale la vena asesina ver que su narcisismo les impide quedarse callados delante de mi  

Saca lo peor de mi ver que no tienen la poca vergüenza de reservar sus comentarios para sus corrillos machistas o para las sobremesas de sus comidas familiares, donde «sus mujeres»  les darán la razón diciendo que es que «las mujeres hoy en día son unas zorras que amargan la vida a los hombres».
Me asquean los opinólogos que se atreven a decir qué tendrían que haber hecho Laura y Marina para no ser asesinadas. Y si ese comentario viene de «La presidenta de Asociación de Mujeres Progresistas» ya  pongo el grito en el cielo. «Señora Besteiro :
Laura y Marina no tendrían que haber hecho ni dejado de hacer nada para no ser asesinadas, porque en un asesinato sólo hay un responsable y es el asesino.
Da igual lo que haga la víctima, que salga o entre, que pasee sola o acompañada, que vaya con chándal de manga larga o minifalda, que avisara o no a la policía, que por otro lado, en estos casos no suelen acompañar a «hacer mudanzas» como ya han declarado en otras ocasiones, da igual porque  la víctima no es la responsable, a ver si dejamos ya ese discurso rancio que no es sino otra forma de machismo.

A las víctimas las asesinaron machistas asesinos. La culpa es de ellos.
Las asesinaron por un sistema que no es capaz de aislar a los maltratadores
Las asesinaron por un sistema que no  protege a las víctimas
Las asesinaron porque en vez de analizar qué han hecho mal los que están vivos solo hablan de «qué hicieron mal las que están muertas»
Las asesinaron porque una gran parte de la «gente normal» sigue sin reconocer la magnitud del problema que vivimos.

A ver si nos enteramos que no se trata de que nos «cuidemos», de que no salgamos de noche o nos vistamos con burkas adaptados al nivel de tolerancia al cuerpo femenino de los psicópatas machistas que nos rodeen. No somos las mujeres las que nos tenemos que proteger, porque estar vivas es nuestro derecho y no tendríamos que estar defendiéndolo a cada paso que damos.
A no ser que sea verdad que estamos todas en estado de alerta. En tiempos de guerra no hay tregua que valga ni podemos confiar en que se respete el derecho a la vida, por eso se vigila cada paso que se da. En tiempos de guerra al menos se sabe quién es el enemigo y cada bando lucha unido con una meta común.
Las mujeres asesinadas no somos soldados, no hemos elegido ir a ninguna guerra, no hay bando que luche con nosotras. Nos han colocado sin preguntarnos en un campo de batalla donde sólo somos presas fáciles de genocidas.

[Tweet «No se trata de que nos «cuidemos», de que no salgamos de noche o nos vistamos con burkas adaptados al nivel de tolerancia al cuerpo femenino de los psicópatas machistas que nos rodeen. No somos las mujeres las que nos tenemos que proteger, porque estar vivas es nuestro derecho «]

¿Solo yo veo la incongruencia de que nos acusen de no «ir con cuidado» porque vivimos en un campo minado pero luego minimicen el alcance de la violencia machista? ¿En qué quedamos? ¿Hay o no hay alarma social?  Si hay que protegerse será porque estamos amenazadas… ¿no es de justicia entonces ir a por los amenazadores?
Si hay un francotirador en lo alto de una torre la solución no es ir repartiendo chalecos antibalas a los transeúntes, la solución es detener al francotirador y encarcelarlo. (Y ya puestos al que le alquila la torre y le vende el arma)

Hacer a la víctima responsable de cuidarse del maltratador es como insinuar que tenemos que vivir cuidándonos de algún posible francotirador

Hacer a la víctima responsable de cuidarse del maltratador es como insinuar que tenemos que vivir cuidándonos de algún posible francotirador

[Tweet «Si hay un francotirador en lo alto de una torre la solución no es ir repartiendo chalecos antibalas a los transeúntes, la solución es detener al francotirador y encarcelarlo. #HastaElCoñoYa»]

Claro que las mujeres no somos Rodrigo Rato. A los miles de mujeres que viven amenazadas  por hombres que saben perfectamente dónde viven, a qué colegio van sus hijos, dónde hacen la compra o quiénes son sus amigas,  esas nunca se reunirán con ningún  ministro  para interesarse por su protección.
Nos lanzan a una lucha donde solo van armados los violentos. A una lucha que no pedimos, a una invasión ilegal e inmoral porque el botín que quieren no les pertenece. Nos asesinen o no nos roban la vida.

En este punto no voy a tolerar un solo comentario más que no sea para condenar no sólo los asesinatos, sino los acosos, las amenazas, los acosos reales o virtuales, las vejaciones, los desprecios, los insultos, las miradas fuera de lugar, los chistes machistas, las quejas que no han lugar, y la defensa de actitudes machistas, vengan de hombres o de mujeres.

Me gustaría que todo el que se considera mi amigo tuviera el sentir que compartió este hombre en un tweet

 

Como muy bien ha escrito mi amiga Myriam Moya en su post, del cual os copio un fragmento:

«¡HOLA, NOS ESTÁIS MATANDO!»

(…Nos estáis matando, nos están matando hombres como vosotros y estáis de brazos caídos y sois responsables y seguís sin hacer nada.

Es hora de empezar a actuar, es hora de que empecéis a actuar… tenéis las armas, tenéis la fuerza, tenéis el poder económico, tenéis el poder jurídico, tenéis la prensa, los cuerpos de seguridad, las leyes, las calles…

Tenéis la capacidad de la acción o de hacernos desaparecer. (…)

Es hora de dejar de ser tibios en este tema. Para miles de mujeres asesinadas ya es tarde, pero hay millones más  viviendo con el miedo a ver la lucecita roja apuntándoles. La próxima vez que hables con tu hermana, tu mujer, una amiga, tu hija, una compañera de trabajo piensa que podría ser ella la siguiente. Y que tú podrías hacer mucho por evitarlo.

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Entre todos la mataron y ella sola se murió

Entre todos la mataron y ella sola se murió

Estoy profundamente cabreada. Cabreada, triste y frustrada.
@JRMoraQue una persona asesine a otra es triste. Que lo haga un hombre a una mujer con la que tuvo/tiene una relación es sencillamente descorazonador. Que un padre asesine a sus hijos para hacerle daño a su ex mujer es directamente satánico. Y ya no os cuento cuando «intenta suicidarse» después… no alcanzo a encontrar las palabras para definir a alguien tan cobarde.

Nos enseñaron a  no hablar con extraños, a no subir en el coche con gente que no fuera «de confianza», a no dejar entrar a cualquiera en casa… y resulta que el enemigo está dentro.

Y una cree que no hay nada peor que morir asesinada y/o que nos asesinen a nuestros hijos y amigas, pero resulta que lo hay.

[Tweet «Hay algo peor que que te asesinen y es «morirse» y que sea culpa tuya #HastaElCoñoYa #ViolenciadeGénero #MachismoMata»]

Para variar el feminicidio es culpa nuestra:

  • Por denunciar
  • Por no denunciar
  • Por dejarles
  • Por no dejarles
  • Por divorciarte
  • Por no divorciarte
  • Por quitar la denuncia
  • Por no quitar la denuncia
  • Por no dejarles ver a los hijos
  • Por dejarles ver a los hijos
  • Por contar  lo que ocurre
  • Por no contar  lo que ocurre
  • Por buscar ayuda
  • Por no buscar ayuda
  • Por quedarnos en nuestro hogar
  • Por irnos

Como reza un dicho: «vayas donde vayas te voy a coger»

Y yo que no creo en el destino precisamente porque no concibo el mundo con una fuerza superior que predetermine nuestro final sin posibilidad de escapatoria, resulta que constato que cientos de mujeres viven a diario con el temor a que su destino sea ese que les han anunciado tantas veces: «te voy a matar».

¡Ah no! Que no nos matan… que nos morimos nosotras solas.

Y este genocidio no sale de la nada.
La gente «normal»  no es «normal», «un buen tipo», «un vecino ejemplar», «un trabajador nato» y de repente un día le da por asesinar… La gente normal, buenos tipos, vecinos ejemplares y trabajadores natos no asesinamos. Nos enfadamos por supuesto, y a lo mejor gritamos y nos cagamos en los muertos de alguien y seguramente damos algún portazo un día, pero no asesinamos.
El que asesina «no era un tipo normal» : ES UN ASESINO.
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¡Basta ya de condescendencia y paños calientes!
¡Basta ya de medios de comunicación que parecen estar más preocupados de «no ofender a la pobre víctima» (el asesino, no te vayas a creer que la víctima es la muerta que seguro «algo habría hecho» para provocar al pobre hombre) que de contar lo que ocurre!

#HastaElCoñoYa

Mientras los cuerpos  de las mujeres asesinadas están aún calientes, degolladas, calcinadas, acuchilladas… a la mayor parte de los medios les preocupa «no adelantar conclusiones» y acusar injustamente al «presunto asesino».

Ejemplo de titular de una noticia que luego fue modificado

Ejemplo de titular de una noticia que luego fue modificado

Y no es que una ahora se pase la Ley de presunción de inocencia por el forro, sino que choca que esa ley se aplique sólo cuando son ellos los que asesinan.

Al parecer esta mujer con antecedentes psiquiátricos y seguramente una psicosis puerperal que nadie detectó (esto da para otro post) no es presunta. En este caso pueden afirmar sin lugar a dudas que el bebé ha sido degollado y que ella lo ha matado. Y lo que no vamos a leer es que esa muerte también es violencia de género.

[Tweet «¿Puede alguien explicarme por qué cuando matan ellos parece que matan menos? #HastaElCoñoYa #MachismoMata»]

Y a una se le hincha la vena día tras día con titulares como estos:

Y con «reacciones» vergonzosas, me da igual si con perfiles verdaderos o fakes

Como puse anoche en Twitter

[Tweet » Tragedia es un terremoto o una riada. O que te caiga una maceta. Si te asesinan es un asesinato. #HastaElCoñoYA #MAchismoMata #ViolenciaDeGénero «]

El lenguaje nos delata.

«De la abundancia del corazón habla la boca» dijo un sabio. Y nos sale por la boca lo que tenemos dentro. Y lo que esta sociedad respira es un odio visceral hacia la mujer.  Un odio que no debe ser otra cosa que miedo. Porque la verdad, haber sido tratadas toda la historia como lo hemos sido y seguir vivas tiene mérito.
Ese odio que se les escapa a la mayoría sin querer cuando en vez de criticar asesinatos diarios te salen con lo de «nosotros también sufrimos».

Psicópatas machistas enfundados en trajes o en uniformes predicando desde sus púlpitos particulares o profesionales  ciertos «valores» cuando en el fondo son lo que son: impresentables machistas movidos solo por el odio.

Creedme que sé de lo que hablo. No sólo he vivido en mi familia un asesinato de violencia de género. Conocí a un impresentable de esos que te dicen «te amo» y «eres una puta zorra y una buscona» en la misma frase. De los que ponían a parir a su ex calificándola de «loca» y de «maltratadora», de los que te vigilan, te espían y acosan en las redes, a ti y a todos tus contactos… De los que amenazan con el suicidio cuando les dejas y te lloran y te imploran mientras no dejan de insultarte. De esos que edifican su vida tras dejarles buscando la forma de hacerte daño, si no físicamente, a tu trabajo y tu reputación.

Y este impresentable psicópata sigue teniendo su régimen de visitas con su hijo.  Y el asesino condenado que mató a alguien de mi familia se presentó en el juicio por la custodia de sus hijos huérfanos por su culpa para declarar en contra de la familia materna. prefería que sus hijos fueran separados e institucionalizados antes que vivir con sus abuelos maternos. Y la familia del asesino justificándole.
Y como este caso, como estos casos, cientos, miles. Con esos perfiles o con algún otro, porque los hay muy variados. Pero todos son maltratadores. Ellos, quienes les justifican y defienden y quienes «callan» ante la barbarie.

SON MALTRATADORES
NO SON BUENAS PERSONAS
NI BUENOS VECINOS
NI BUENOS TRABAJADORES

Y los jueces que miran más las estadísticas que a las personas, los que hacen oídos sordos a las denuncias, los que obligan a niños a estar con maltratadores solo porque la mitad del ADN es suyo…  ellos  y ellas son responsables también del sufrimiento y las muertes.

Como la de Sara Calleja
(Lee aquí la carta de Sara a la juez)

sara calleja

¿Qué hacemos con esto?
¿Cómo seguimos viviendo cuando una gran parte de las «buenas y normales personas» que nos rodean lo que  piensa de verdad sobre este feminicidio es esto?

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Los nazis construyeron campos de concentración, asesinaron, torturaron  y masacraron a cientos de miles de personas…  no olvidemos que lo hicieron con la connivencia de la mayoría de una sociedad alemana  de «gente normal», de «buena gente» «trabajadora y cristiana» que sabía lo que pasaba, callaba y miraba a otro lado.

Y así estamos…  en un genocidio contra las mujeres

No merecemos ni aparecer en las portadas…

Creemos que eso solo les pasa a otras, pero no es así.
Le pasa a tu hermana, a tu madre, a tu hija, a tu amiga, a tu compañera de trabajo…
le pasa a tu novia, a tu mujer, a tu exmujer
le pasa a la que fue reina del instituto y a la cajera del supermercado,
a la empresaria de éxito y a la inmigrante sin papeles.
Nos pasa a todas.
Nos matan a todas.
Nos asesinan a todas.
No nos morimos NO: NOS ASESINAN

[Tweet «#HastaElCoñoya #MAchismoMata No nos morimos NO: NOS ASESINAN»]

Cómo reconocer a un maltratador

Cómo reconocer a un maltratador

Aunque el maltratador se vista de seda…
Desgraciado maltratador se queda.

Y  no habría mucho más que añadir.
Porque lo cierto es que estos individuos no llevan un cartel de neón en la frente.
Son personas «normales», vistas a distancia. Incluso de cerca, pueden ser verdaderos «encantadores».

¿Entonces cómo saber cómo son en realidad?

Algunos maltratadores van acumulando relaciones tóxicas precisamente porque van embaucando a una tras otra de sus víctimas. Según estas van dándose cuenta del tipo de elemento que es en realidad, si rompen con él, a pesar del número dramático que montará intentando que creas que no puede vivir sin ti y que incluso piensa en quitarse la vida,  lo cierto es que estos seres solo se quieren a sí mismos, así que no, no lo hará. No solo no se va a suicidar ni va a morirse de pena, sino que si de verdad cortas todos los lazos con él, buscará otra. Y no tardará en hallarla.  Porque en realidad lo que buscan es un recipiente de sus obsesiones y sus fantasías enfermizas. Da igual cómo seas. Lo que le interesa es conquistarte, tenerte y controlarte. Son psicópatas buscando hacer realidad sus fantasías. No te engañes, no te quiere. Son incapaces de albergar amor porque no entienden ese concepto de aceptación, respeto y tolerancia necesarios para amar.

¿Por qué tienen éxito?

Un maltratador es un  experto en halagar, en piropear exactamente del modo que a ti más te guste: será romántico y detallista como el que más, desprendido  en regalarte cosas que de verdad tengan un significado especia para ti. Creerás con esto que te escucha hasta el mínimo detalle para saber qué te gusta, cuando en realidad lo que hace es espiarte y estudiarte como en un juego de estrategia. Recuerda que para él eres un objetivo.
Cumplirá tus deseos y sueños (hasta los más oscuros si es que has cometido la imprudencia de compartirlos con él), se esforzará mucho en que todo el mundo sepa que estás con él.

Porque para él eres un trofeo.
Le importas realmente NADA.
Pero eres su objetivo, su meta y lo que le genera placer es controlarte y tenerte… y por supuesto exhibirte.
Eso sí, no tolerará que te exhibas tú.

Este tipo de maltratadores psicológicos suelen ser extremadamente moralistas. Aunque por otro lado, tras esa apariencia de reputación intachable, se esconde un depravado. Te sorprendería cómo pueden ofenderse porque consideran inmoral que quieras tener una relación esporádica con él si ser su «prometida» , o que publiques fotos para él «vergonzosas», pero  luego te mande fotos que avergonzarían a la mayoría de tus contactos. O te pidan ir al límite o más allá de lo «aceptable» en el sexo. Así son.
Tras esa fachada de beatitud y moralidad solo hay un ser oscuro y podrido.
El problema de estos maltratadores es que confunden su fantasía de control y sumisión con la vida real. Y creen que la mujer que desean es suya, así con todas las letras: su posesión. Y entonces todo ese «amor», que no es sino obsesión, se transforma en odio visceral. Y entonces es cuando  sacan lo que de verdad son:

Seres despreciables y malignos que destilan odio por ti, por tu entorno y/o por todo lo que hagas.

Imagen de "El Retrato de Dorian Grey" de Oscar Wilde

Imagen de «El Retrato de Dorian Grey» de Oscar Wilde

 

Te odiará porque no te tiene, y odiará todo lo que eres y representas. Y toda la energía que dedicó a «adularte» ahora la enfocará a criticarte, a denigrarte y a hundirte (bueno, a intentarlo, porque realmente no tienen poder sobre ti).
Usarán tus secretos y confidencias para hacerte daño. Aquello que un día le confiaste en intimidad se convertirá en sus manos en un arma con la que apuñalarte. No tengas miedo. Nada hay peor que estar con un ser así de repulsivo, así que, haga lo que haga, diga lo que diga, es para bien si está lejos de ti.

Cuando empieces a ver cómo es y le digas «NO» a alguno de sus intentos por controlarte empezarás a ver su verdadero rostro. Violencia en forma de chantaje emocional o chantaje directo. Adjetivos con los que pretende denigrarte: zorra, puta, inmoral, poco profesional… Y todo esto mientras sigue jurando que te ama. Totalmente esquizofrénico para cualquiera menos para él, que ve normal decirte en la misma frase: «Eres una puta, eres despreciable y te amo»
Cuando de verdad vea que no consigue retenerte su odio crecerá e irá más allá que increparte a ti por privado. Lo hará de forma pública. Alguno hasta se convertirá en experto en hablar contra ti o contra tu trabajo. Igual hasta va a la Tv o da conferencias en un intento patético de seguir vinculado a ti.
Recuerda:

Lo que se hace movido por el odio, es odioso, como él, como ellos.

Y creerá que te hace daño, cuando ese comportamiento es autodestructivo para sí mismo.
Y con el tiempo estará con otra, y la exhibirá como suya. Seguramente con un lenguaje verbal y corporal que delaten ese afán de posesión.
Y tú pensarás:
-«Pobrecilla. Ojalá se dé cuenta pronto de cómo es de verdad, antes de que le haga más daño».

Y mientras, seguirá con su vida y su deseo de aparentar cualidades que en el fondo no tiene: profesionalidad, bondad, éxito…

En el fondo todos los maltratadores narcisistas son seres acomplejados.
No saben querer porque nadie los quiere,
así que necesitan encontrar reconocimiento de algún modo.

Intentarán hacer cosas «vistosas» y muy mediáticas para tener un auditorio que le aplauda. Seguramente les veas haciendo «obras  de caridad», tipo banco de alimentos o similares. Da igual. Da igual lo que hagan, cómo se vistan, cuántos cargos acumulen, o cuántas conferencias den…

Porque nosotras sabemos lo que son, sabemos cómo son y sabemos lo que hacen.
Y sabemos que por mucho que adornen su CV son lo que son:
Maltratadores y Psicópatas en potencia

Y hablo con conocimiento de causa, porque yo he estado con uno. Y querida amiga, tú que sonríes en esa foto como sonreí yo un día, ojalá te des cuenta pronto de la verdad, ojalá alguien te avise de eso que aún no ves y salgas corriendo de ahí. Ojalá.

EMPODÉRATE- NOHEMÍ HERVADA

Conmigo o contra mí

Conmigo o contra mí

«El que no recoge conmigo… desparrama» dijo Jesús. Y parece una frase algo exagerada ¿o no?
Él criticaba a esas personas que no se posicionaban claramente en un conflicto trascendental, a quienes querían  caminar entre dos aguas o que querían contentar  a todo el mundo.

Por supuesto la vida no es una guerra constante con bandos, afortunadamente. Somos seres complejos, con múltiples facetas y aristas que nos irán posicionado a veces en un lado y otros en otro. Podemos  comulgar con gente muy diferente, con ideologías diferentes según el momento y la situación. A veces incluso será una afinidad puramente afectiva: si quiero a alguien no soy objetivo para juzgar sus ideas y comportamientos y tenderé a excusarle, justificarle o a sencillamente aceptarle sin más, aunque no comparta lo que hace. Eso es normal y creo que todos lo hacemos. No conozco a nadie 100% ecuánime en este sentido.

Pero hay veces que esa tibieza es sencillamente injustificable.

¿Quién no ha sentido asco cuando los padres de un maltratador no es que no se avergüencen del  comportamiento de su hijo y no se dignen a condenar el hecho y a dar el pésame a la familia, sino que,  además, lo justifican  y se revuelven atacando  y lanzando acusaciones directas o solapadas hacia la víctima?
Va por delante que no me gustaría nada vivir esa situación desgarradora. No alcanzo a imaginar el dolor de unos padres que contemplan que su hijo(a) es un monstruo capaz de torturar y/o asesinar. Imagino que se le cae a uno el alma. Pero lo que sí sé es que ese alma no se levanta negando la realidad y haciendo del verdugo la víctima y de la víctima el culpable.

Por supuesto podemos debatir por qué se ha llegado a eso, qué nivel de desamparo y violencia ha llevado a alguien a convertirse en maltratador, violador y/o asesino, pero en primera instancia a mí me preocupa la víctima. Que seguro que también vivió intentando capear su propio desamparo  sin convertirse en un monstruo.

Cuando alguien, sea quien sea, justifica el maltrato o al maltratador está siendo cómplice. Con todas las letras, sin medias tintas: CÓMPLICE.



Me da igual si le quieres, si le admiras, si es un genio, si te hizo un favor, si te parece que su discurso es coherente, si crees que no tenía otra opción.. me da igual, si es tu hijo o tu padre o tu amigo o tu hermano o tu jefe o tu marido o tu amante o tu vecino del 5º: si le justificas eres como él.

 Las personas pueden ser perdonables,
los hechos violentos SIEMPRE han de ser condenados.

Crecí oyendo frases como:

«¿Fulanito?, ¿fulanito un maltratador?, ¿con lo buena persona que se le ve?
Tan formal, tan atento, tan majo él siempre dispuesto a ayudar…»


A la familia negando la mayor y haciéndose los sordos y ciegos ante la evidencia que hijos o cónyuge relataban. 
Crecí oyendo este tipo de cosas… y a día de hoy veo que no hemos cambiado mucho.

Esa persona tan maja, tan atenta y tan profesional puede ser un monstruo en determinadas circunstancias, y su mayor baza es que la gente no crea a la víctima.


Me da igual su status, su apariencia, su fama, su trabajo, sus buenas obras …


Cuando un hombre amenaza, critica, coacciona, insulta, chantajea, coarta, espía, vigila, acosa, ningunea a una mujer, es un maltratador.
Cuando le falta al respeto, cuando quiere controlarla, cuando decide por ella, cuando se atribuye el derecho a juzgar, a premiar y a castigar… es un maltratador.

Y cualquiera que contribuya a darle alas, que jalea su comportamiento, que le da pábulo a creerse el Juez supremo de la moral de los demás, que le ríe las gracias y los chistes, cualquiera que por el motivo que sea le alimenta, es cómplice.

El odio  y el mal llamado amor y lealtad hace extraños  compañeros de viaje. Y creedme que este tipo de personajes monstruosos en el fondo son unos narcisistas. Necesitan público que aplauda sus bravatas. No seas tú su público.
Hace años lo hombres se jactaban de tener a sus esposas dominadas con el beneplácito del resto del grupo, incluso de las otras mujeres.
Hoy creemos que hemos cambiado pero siguen muriendo mujeres, sigue habiendo denuncias por maltrato y sigue habiendo muchísimo más maltrato que no se denuncia. Sencillamente porque está tan interiorizado que no se ve o por miedo o por vergüenza.
Nuestra sociedad pretende que sea la víctima la que se avergüence, poniendo en tela de juicio lo ocurrido  o su comportamiento. Como si alguien, sea lo que fuera lo que hiciera,  mereciera un insulto o una amenaza o un  chantaje.

Este post hoy no es para aquellas que sufren el maltrato y el acoso sino para el resto. Para los que a veces miramos a otro lado, para los que nos repetimos que no va con nosotros, para los que pensamos, que como víctima es de tal o tal modo, se lo merece.

si nada djiiste complice fuiste

Para quienes al oír la verdad de la situación aún exclaman:

«¿Fulanito? ¡No puede ser!»

Díselo a las 47 mujeres asesinadas en nuestro país en lo que va de año, o  a los niños que acaban muertos a mano de sus propios padres como venganza hacia la mujer.
Es cierto que la mayoría no llegan hasta ese punto.  Pero no hay medio de saber quién es el que se pasará la vida solo amenazando (que no es poco) o llegará a mayores. Yo personalmente preferiría no arriesgarme.

He vivido de cerca el maltrato en varias de sus formas.
He tenido en mi propia familia un asesinato brutal por parte de un hombre a su mujer delante de sus hijos. He vivido  cómo su familia le justifica e incluso intentaron que los niños no se fueran con la familia materna, prefiriendo que acabaran en el sistema de casas de acogida  y separados.
He sufrido en primer persona una relación que derivó en insultos y amenazas sencillamente porque le puse fin y no esta dispuesta a aguantar juicios hacia mi persona, mi trabajo y mi libertad. He vivido coacciones y chantajes emocionales.
No me digas que no tengo autoridad para hablar de este tema y decirte que si tú por el motivo que sea apoyas de uno u otro modo a un desgraciado de estos, eres un maltratador igual que él.
Si encima eres mujer, lo que siento ya no es rabia o decepción sino asco.

Asco de ver mujeres jaleando a violentos. De aplaudirles sus alegatos de odio y venganza. De justificar sus hechos y sus formas.
Solo te deseo una cosa: que nunca te pase a ti, o a una hija tuya.
Porque los responsables de acabar con esta lacra no son siempre los demás… somos todos, tú y yo.

Porque si no estas conmigo en esto, estás contra mí.

PD:El próximo 15 de noviembre impartiré unos talleres para la Prevención  de Violencia de género en el I Encuentro de Mujeres de la Villa de Moya 

 

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Lo que el cine me enseñó: Maléfica

Lo que el cine me enseñó: Maléfica

Hoy inauguro una sección del blog.
Pensaba ponerla en mi blog personal, pero al final he decidido que vaya aquí porque uno de los trabajos que desempeño dentro del desarrollo personal es el tema de las relaciones, el empoderamiento y  la imagen.
EL otro día mi gran amiga Irene García Perulero, que además de bióloga es experta en temas de violencia y feminismo, escribió en clave de humor la sinopsis de una película que fue a ver con sus hijas.
Aparte el hecho de que está en clave de humor y de que es un SPOILER (avisados estáis) creo que refleja muy bien el entramado que se da a veces en ciertas relaciones.
OS animo a ver la película primero, a sacar vuestras conclusiones y luego a leer a Irene. Podéis hacerlo al revés también 🙂
He de dejar constancia que este estilo es homenaje a  Ángel Sanchidrián  y su página Sinopsis de cine, que os recomiendo fervientemente si queréis reiros a carcajada limpia.

Bueno, pues anoche vi Maléfica y os la voy a contar. Va de una chiquina que es muy buena y muy generosa y compasiva y feliz hasta que da con un mermao mediocre que la engaña y la deja toda puteada para sentirse él alguien. Entonces cuando ella se da cuenta se coge un cabreo de la hostia y decide vengarse.
Él se pasa toda la película acojonado y paranoico y convirtiendo en mierda todo lo que toca y ella pues al principio está fatal pero luego pues va conociendo gente y queriéndolos y eso.
El final es feliz porque él, que se ha quedao más solo que la una, se autodestruye y ella recupera todo su poder que es lo que le da calidad a la película.
Podéis verla si os gustan los finales felices con mermaos que se autodestruyen o las mujeres poderosas con un cabreo de la hostia.
PD: Añado que ella es un pibón y él un bicho de feo.

Esperamos vuestros comentarios y si este tema os interesa no os perdáis el próximo trabajo de Irene García Perulero junto a la psicóloga Mónica Serrano: Infancias Libres: Adultos felices.

Relaciones tóxicas: El ginesaurio

Relaciones tóxicas: El ginesaurio

Ginesaurio: dícese del profesional de la ginecología y obstetricia que en lugar de trabajar con  TODA la evidencia científica como apoyo, sigue anclado en prácticas obsoletas, sin base científica, basada en protocolos absurdos incuestionables. Suele centrarse en el Yo a la hora de trabajar o explicar sus argumentos, más que en el principio ético y deontológico de respeto total al paciente, buscando atenderle de forma integral.

 

Es cierto que tu relación con el ginesaurio no va a ser tan larga como con un novio o un marido. Pero puede que sea más larga que con algún «rollo» eventual o pasajero, y te garantizo que los efectos de su paso «breve» por tu vida pueden dejar más secuelas de las que desearías.
Algunas mujeres han derramado más lágrimas por el trato recibido por un ginesaurio que por un abandono o un desengaño, y para variar, me incluyo también en este grupo.

«Yo también sufrí por un ginesaurio».

Características para distinguir a un ginesaurio de un ginecólogo/obstetra profesional

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